la carrera en tacones bajo la lluvia
fué mía
siempre supe que no era cuestión de velocidad
que era la prudencia lo que me haría prevalecer
y yo, paradójicamente,
me lancé con más maña que fuerza
respetando los charcos
mirando dónde ponía las pezuñas
las otras zorras caían rodando
con esguinces y tobillos rotos
aún hubo hombres que las atendieron
que recogieron sus lindos pedazos
y llegué la primera
o la segunda
o la tercera
pero pillé lo que yo quise
ya no busqué la exhibición de poder
ahora la experiencia me ha hecho triunfar
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