bukkake celestial

postrada
liba que te liba
que te libaré
esperando la gran ducha
y posterior masturbación

las rodilla que crujen
la vagina que se condensa
y los miembros que crecen
sin límite

veo sus ansias por terminar
por darme mi merecido
y me detengo un momento
solo por diversión

cuando el collar de perro se convierte en yugo

diviértanse, queridos amigos
sometiendo sin cesar
a la linda muñequita indefensa
que, postrada
se debate entre la arcada
y el orgasmo
y a su lado la zorra violeta
hoy en funciones de Madam
distraída con unas pollas duras
animando el cotarro
Anita, la muñeca de porcelana
la de las lágrimas sinceras
débil y bella a la vez
se queja
pero resiste
¡larga vida a la nueva esclava!

La espera

vuelta a Lisboa
suspendida sobre el vacío
ya desnuda
cumplidas las lavativas
con las tensas cuerdas
comenzado a desgarrar mi piel
espero
impaciente
tatando de excitar mi mente
con lo que vendrá a continuación
mi primera tortura
ese picor en la ceja
que no podré rascar

de la noche y los jaguares y los anfibios y los buitres

y cuando llega el verano
los isleños bailan
sudan
se despojan
de las ropas
en la choza de uno de ellos

habla claro
dime que las flores
que desgrano sobre tu camastro
y el helado de chocolate
que me como en tu polla
no son para mí
que son para la zorrita de porcelana
que tienes en la mesilla

este será el polvo que cambie tu vida
y yo, follada
y repudiada ya de un par de cobijos
daré con mis huesos al río
para huir de la dueña de la polla

siguiendo la corriente
por una vez
hasta desembocar casi ahogada
al delta
donde dos hermosos isleños gregarios
me tomen consecutivamente

hasta que
movidos por un impulso atávico y homosexual
que siempre habían eludido
crucen espadas
y probemos todos el sandwich mixto

de vuelta a casa
muerta ya
sin dolor ni piernas
el taxi del señor buitre
hasta domicilio de póliza
para su uso y disfrute

sin energía
sin oponer resistencia
el semen que emana de mis agujeros
no es suyo
la zorra inerte gime
el buitre come carroña

finiquito, cerda

ya acabaron las furias
los gritos
y jadeos
entre los primeros rayos de sol
hurgo cadáveres desnudos
tumbados
muertos
o que se visten y se marchan
me abro paso
a cuatro patas
tanteando
cual ofidio
allá donde puedo
buscando la última verga
que me amortaje

Diario de una cazadora

tal vez sabes que podría hablar toda la noche
me imaginas a cuatro patas, recibiendo
tu furia
y eso te duele en la entrepierna
y lo sé
y juego mientras
observo
tus torpes intentos de acercamiento

hoy
te va a costar descargar

vas a sudar hasta la última
de tus gotas
de anhelo y deseo
antes de que te toque

seguiré hablando mientras sirvo el vino
hasta el mismo momento
que te plantees
abandonarme

mientras yo
divertida y excitada
marco el ritmo de la sinfonía
ante tus inútiles plegarias atadas
por un poco de acción
mientras
sin dejarte respirar
me correré en tu boca
golpeándote

aullarás
no dudes

mañana dormirás en paz
pero hoy vas a sufrir

nuevo pollo

más por conciencia
que por armonía
seductora pecuaria
llevo el cepo en la garganta

más por estabilidad emocional
que por integridad física
me enfrento cada día
a monstruos eternos

orgullosa, fuerte, dicen
solo quiero que mi funeral
esté rebosante
de pollas erectas

y ahora
aplastada por su peso
mordiendo cojines
recibo su furia
su deseo

la pobre Anita

mientras todos follamos
Anita yace a un lado
deshecha
destrozada
algunos zánganos se le acercan
pero renuncian a ella
al comprobar que ya es carroña

confiaba en poner a tono
al señor buitre
con su belleza y actitud
pensando que no sabía cazar

no esperaba
el infierno de luxaciones
y penetraciones anales
que le tenían reservado

ahora llora
a un lado
yaciendo entre cojines
entre gemidos ajenos
donde otros gozan

recibe
de vez en cuando
en plena cara
los resultados del placer de otras

¿Y si llega la primavera?

nueva temporada
fin de la hivernación
nueva colección de dolores y heridas
laderas llenas de cruces
esclavos dispuestos
a morder la bola
a sufrir a manos de su amo

nuevas perversiones
nueva carne
nuevos gritos, nuevos timbres

agentes del dolor
armados y dispuestos

rodillas desgastadas
piernas temblorosas
que se niegan a responder

los nervios
y
finalmente
la explosión

su jugo sabía a pomelo
como su cara
como su vida
tenía algo de desesperada emoción
que me doblegaba en la cama
me mancilló
derramó su jugo amargo
tantas veces como quise

y por la mañana se marchó
con su guitarra sin cuerdas
a tirarse desde un puente
a chotar las cabras
a pelar los gatos
¿quién sabe?

Esta misma tarde vienen

atada, cegada y sorda
el tiempo pasa despacio
desnuda en el suelo
no me confío sabiendo
que pronto llegará el dolor
infringido sin piedad
sin pausa, sin cartón
lloraré
lo tengo por seguro
antes de que caiga la tarde
estaré atragantada
y guiada por el via crucis
hasta la comunión final
cubierta de llagas

por contra, cuando se vacíen
me acariciarán y mimarán
me restaurarán
me lamerán entera
sin importarles lo derramado
sobre mi cuerpo
mientras me corro
en sus manos
en sus lenguas

si me dejaran yacer
después de la epifanía
sería un culto común
pues deberé redimirme de nuevo
a través de incontables
sucias catas
hasta que
azotada y zaherida
en posición receptora
me invadan

antagonia

otras noches habrá
otras
otras noches
en las que me hagas vibrar

otras noches habrá
otras
otras noches
en las que mi aullido de dolorplacer
confunda los bosques
los vecinos
el barrio

y perpleja por ser
la única con las piernas abiertas
me aferraré a la vida
a la relación carnal
a la fusta
embargada en contorsionismos de placer
explotando

Britt y los zánganos

caminando a cuatro patas
rodeando a los sementales
tirada de la correa de mi ama

en cuanto abrazo la columna
ya estoy atada

el anónimo hombre de cuero
prueba en mi culo
su gran aparato

cuando el ama se levanta a follarme
todos esperan en guardia
mientras me vapulea

si, satisfecha, se aparta
todos vuelven a mí

grito y jadeo sin aire
entre sudores de estufas me cubren
uno tras otro

formando pequeños monstruos

a uno de ellos humillé
anteriormente
le llamé  eunuco y le golpeé
para que hoy me odie
con su herramienta

veo al otro, a veces,
en el ascensor del gimnasio
y siempre baja la mirada
hombrecillo lastimoso
que ahora golpeo sin piedad
mientras el de la voz aguda
me penetra con furia
hasta explotar

exhausta,
me dejo caer al parqué
abierta de piernas y
agarro al musculoso
para que me lama completa