Le escribo esta misiva para hacerle ver su equivocación del pasado miércoles día 13 de julio de 2011.
Fue alrededor de las seis de la tarde cuando me quedé sola en casa, tirada en el suelo del comedor, dolorida, vencida, jadeante. Mis amantes se habían marchado y me habían dejado los esfínteres chorreando esperma y el cuerpo domado. Una oportunidad única para una sucia alimaña amante de la carroña.
A cuatro patas me dirigí al móvil y le invité a mi trasero.
Tan derrengada estaba que, nada más enviarle el mensaje, quedé semi-inconsciente sobre el sofá hasta bien entrada la noche. Esta manera de recibirle, sin duda le hubiera gustado, pues me encontraba inerte. Y no hubiera tenido ud. problemas para reventarme las entrañas.
Como puede observar y lamentar, la oportunidad que perdió para continuar desarrollando sus sucios instintos era inmejorable.
A día de hoy me encuentro descansada y limpia y temo no fuera ud capaz de apreciar mi bello cuerpo ni mis vastas artes amatorias.
Le emplazo, si le parece, para el próximo domingo por la tarde, después de que acuda a una comida familiar. Mi cuerpo no se encontrará en mal estado, pero mi voluntad se habrá quebrado.
Atentamente.
Violeta Champion.
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