jueves, 22 de diciembre de 2011

La tortura

el fino arte de convertir el dolor, el deseo o
la impaciencia, en excitación
una vez has probado la tortura
ningún problema te retiene lo suficiente
ningún atasco, ningún coloquio
ansiedad sumisa de recibir tu merecido
amante más cruel que el propio destino
una vez has probado la tortura
ningún vicio te parece competente
ninguna reunión consigue abducirte
no hay límites
la tortura
sentir que tus piernas
ya no pueden aguantarte,
que tus pezones arden,
vapuleada, famélica
mientras tu coño chorrea deseo
y la tarde no ha hecho más que empezar
saber que estás ahí porque tú quieres
saber que tu verdugo es un mero instrumento
para tu placer
una vez has conocido la refinada dicha
de tener muescas en las muñecas
das tu brazo a torcer

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