tendida en la moqueta
todavía sin aliento
manos atadas a la promesa
de no dejar de mirar
a las botas de La Diosa
el joven macho impúdico
relame sus descargas
entre mis ancas
una convulsa
entrecortada torsión
y un grito de guerra
vuelta a empezar
tendida en la moqueta
me deja sin aliento
manos atadas a la espalda
su verga en mi coño
el joven macho ibérico
se aparta ante la furia de La Diosa
flexible y dolorida
grito de placer
hasta que ella quiere
domingo, 23 de septiembre de 2012
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