Necesito, por favor, que venga un hombre.
Necesito, de una vez, algo para pasar el rato.
Ya ni me duelen los brazos,
he repasado mentalmente toda mi vida.
Estoy hasta los ovarios de meditación.
De controlar la respiración.
Grito.
Le grito a Joao que venga.
Necesito que me consuele.
¿Qué hora es?
.
.
.
.
Las tripas rugen.
Las piernas me tiemblan.
Ya no estoy continuamente excitada.
Ya no es divertido.
miércoles, 5 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Estás pródiga
ResponderEliminarEstoy que me salgo. Estoy salida.
ResponderEliminarEstoy zángana, primaveral, coctelera, cubatera.
Estoy nocturna, fugaz, legañosa.
Desviada, enferma...