miércoles, 26 de mayo de 2010

Un domingo cualquiera

de pie, desnuda
con las sandalias de romana que tanto te ponen
por delante,
tu mano callosa frota todo mi coño
por detrás,
entre mis nalgas tu polla

me quiero tumbar, abierta de piernas
y que me destroces, si puedes
pero tu mano libre no me deja
aúllo
me tiemblan las piernas al correrme
pero sigues con el masaje
grito
te ríes y aceleras tu mano
cada vez más rápido
y mis piernas vuelven a temblar
ahora sí, me dejo caer, muerta
has empezado muy bien
pero tienes toda la noche
para llenar
para llenarme

sin corte  publicitario
con la polla dentro
me sigues acariciando
ahora despacio
ahora deprisa
ahora despacio
¡cómo te odio!
con tus ojos de idiota
riéndote de mis caras
sé que, si me muevo, te corres
sabes que, si me frotas más deprisa, me corro
tablas
comienzas a lamerme el cuello
y las orejas
y las tetas
y, ciego de ira, descargas

empezamos de cero
por las bocas
a palparnos los cuerpos sudados
te revivo la polla con la lengua
y me siento encima tuyo
despacio, muy despacio
bailo la danza del vientre
pese a tus arranques de furia
tardamos un buen rato en que te corras

ahora queda mi coño
y tu lengua viperina
y esos dedos que se equivocan de agujero
y mi cuerpo vuelto del revés
tenso
esperando pacientemente
que te dé la gana acabarme

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