las teclas tiemblan
entre tragos temblorosos
buscando el descanso
de la inconsciencia
mientras veo como el coche los acoge
y se los lleva para siempre
mientras escribo las líneas
que se merecen
tampoco los dioses han visitado mi alcoba
esta noche
ha sido de gente normal
con limitaciones
con ganas de agradar
a una dama solitaria y borracha
arrastrada de barra en barra
hasta que sin hombre en el que llorar
he elegido lo más sano del lugar
con ellos he comulgado
a dos manos
he escupido
he insultado
y he recibido mi parte de dividendos
también han lamido lo suyo
hasta que el amor propio
les ha hecho mirar el reloj
ahora las teclas se quedan quietas
entre tragos temblorosos
en una hoja dibujo unas pollas
y me las como
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