miércoles, 16 de diciembre de 2009

Atada al potro

En cualquier momento...
En cualquier momento vendrán esos señores
y me darán mi merecido.
Me duelen los brazos,
me tiemblan las piernas.
tengo las manos moradas.
Como se me permiten dos posturas
llamo a Joao.
Me da una bebida isotónica
y trae el potro.
No me puede decir cuánto tiempo llevo.
No me puede dar nada de comer.
No me puede dar una alegría
por mucho que me insinúe.
Me tumbo en el potro y me ata.



Pasa el tiempo.
No vienen.
Aprovecharé para dormir...

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