Te espero con el collar de perro,
limpia, descansada, preparada.
Tu guardaespaldas esperará en el coche.
Te abriré la puerta y me agarrarás el cuello.
Sé lo que vendrá después.
Sé que me volverás a hacer llorar,
que pasaré mucho rato a cuatro patas,
que desearé que llegue el día,
que me humillarás y vejarás sin descanso,
que me abandonarás cuando tú quieras,
que me dolerá el cuerpo un par de días...
Pero no puedo evitar estar excitada.
Eres lo que necesito,
maldita puerca.
viernes, 9 de octubre de 2009
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¡Cómo te gusta quejarte, Violeta!
ResponderEliminarSi luego le pides que vuelva cuánto antes.
no niña, no eres una puerca, eres extrema, eres lujuria, sabes lo que eres.
ResponderEliminary yo quiero saberlo