miércoles, 30 de septiembre de 2009

Feromonas

Por  mucho que me duela,
debo continuar.
Ahí te quedas, macho.
Me vuelvo a poner el vestido
y salgo a la calle.
Aunque llevo tacones
voy patinando al banco.
El señor director
me mete en el despacho.
Advierte algo,
aunque no sabe qué.
Pasados los saludos y chorradas
algo me explica,
aunque no se qué.

Hace cinco minutos estaba
a cuatro patas.
Me han faltado los bises,
yo así no me puedo concentrar.
Venta aplazada.
No, no es culpa tuya,
Jerónimo o cómo te llames,
es que yo no puedo.

4 comentarios:

  1. Normal, a ver quien curra sin tomar café.
    Beso Violeta

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  2. ¿Para eso te fuiste?
    ¿Para montar el número en el banco?
    No hay quién te entienda.

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  3. El director del banco5 de octubre de 2009, 14:08

    No podía apartar la vista de los grumos de tu falda.

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