Mirando tu retrato me acuerdo del ayer.
Antes te gustaba ponerme de cara a la pared.
empujar con tu mano mi cara
y darme mi merecido por detrás.
Yo intentaba caer al sofá
y tú me obligabas a seguir de pie.
Yo chillaba como una cerda.
Más de una vez los vecinos llamaron a la puerta.
Me reía de tu micropene
y tú me demostrabas mi equívoco.
Nos faltaba el aire,
nos sobraba fuerza.
Tirábamos los cuadros al suelo,
nos insultábamos.
Cuando acabábamos,
quedábamos en el suelo,
derrotados.
Hoy me traes rosas.
Y yo te pido la llave de mi casa.
Una lástima...
Ya te tenía entrenado.
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triste
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