A mitad de dedo
me visto y bajo al bar
para que me huelan los parroquianos.
Saludo al cartero
y me lo imagino en casa.
Entro en la cantina.
Todos se giran, mirándome el culo.
Me bebo una cerveza en la barra.
Los escucho, los desnudo con la mirada.
Sudo por arriba y por abajo.
Vuelvo a casa.
Tengo fiebre.
El ascensor es eterno.
Me follo encima.
La llave no entra.
Me tiro en el sofá.
viernes, 11 de septiembre de 2009
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